En Las Leyes del Éxito el Dr. Napoleón Hill escribió:
“Las mentes pobres planifican para el fin de semana, las mentes ricas planifican para las próximas generaciones.”
Algunos ni siquiera planifican para el fin de semana: viven como marionetas y llegan al sábado esperando a que alguien los llame.
Este problema lo vemos, principalmente, entre la juventud. Muchos jóvenes carecen de una cultura de previsión. Viven como verdaderos animalitos, sin mayor conciencia. Un caso: algunos primero hacen los hijos, después piensan dónde vivir.
(No son como las aves, que primero construyen el nido).
Señores. tenemos que mirar el futuro con otros ojos. La generación de nuestros padres creció escuchando que “de nada sirve `matarse trabajando´porque al final, cuando mueres, nada te llevas.”
La realidad, sin embargo, nos demuestra un par de hechos concretos:
Primero, que no hay que “matarse trabajando”. Se matan los que no disfrutan de lo que hacen. Se matan los que viven sin pasión. De lo que se trata es de progresar tanto como sea posible. Se trata de vivir, no de sobrevivir.
Segundo, la pregunta no es qué nos llevamos, sino qué dejamos. A nuestros hijos les tenemos que legar un ejemplo de grandeza.
A nuestros hijos les tenemos que heredar un camino de prosperidad, no deudas.
Hágase productivo. Ocúpese del presente y el futuro se ocupará de usted. Trace un camino y sígalo. Viva para construir negocios que no sean el cajero automático de sus hijos, sino su escuela.
Señores, tenemos que planificar los próximos años, no las próximas rumbas. Los próximos negocios, no las próximas deudas.
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